Someone
Adventurer
...justo en el momento en que la gran ola alcanza al barco. Un golpe, como el mazazo de un gigante, sacude el barco lanzando dos marineros y algo de la carga por la borda y zarandea a todos los demás como marionetas, pero Rigtar, al que se le marcan todas y cada una de las fibras del cuerpo, consigue enderezar el barco y éste termina por salir a flote. Los marineros empapados se apresuran a achicar el agua mientras Azhel los vigila desde arriba.
Ahora el barco navega en una corriente de color negruzco que lo arrastra a gran velocidad y lo agita de un lado a otro como una maraca. La ola alcanza a los piratas de río, que desaparecen momentáneamente de la vista.
Pero sorprendentemente, sólo uno de ellos es tragado por las aguas opacas; los demás, ayudados por la ligereza de la embarcación y pilotos expertos consiguen cabalgar la embestida del agua ante la mirada incrédula de los marineros del mercante. Y comienzan a converger sobre su presa; uno de ellos, al parecer una mujer esbelta de pelo verde comienza a flotar soportada por su propia fuerza de voluntad.
Conjuros y flechas comienzan a volar. Mientras los marinos del mercante se ocultan, no llevando nada mejor que puñales en el mejor de los casos, los piratas lanzan jabalinas con bastante puntería. Azhel pierde tres de sus falsas imágenes, y los demás consiguen evitarlas al precio de una caída o un impacto sobre la armadura. Wojann y Rurikk devuelven los disparos, Azhel incendia uno de los barcos con la descarga de una columna de llamas que achicharra a cinco de sus ocupantes mientras Rigtar carga en vuelo sobre el timonel de otra de ellas, golpeándole con un sonido húmedo. El pirata describe una parábola antes de caer al agua.
- ¡Bola!
Los ocupantes del barco se lanzan a por Rigtar, que sin hacer caso de sus ataques se abre camino entre ellos. Uno de los ocupantes, con cabeza de reptil, escupe al gigante y la saliva corrosiva devora malla y piel. Apretando los dientes, Rigtar avanza hacia él mientras su enemigo sostiene la espada invocando algún tipo de fuerza mística. En vano; Rigtar, al que el martillo le pesa tanto como a un hombre normal una varilla, le golpea el torso con tal fuerza que pueden oírse crujir las costillas, y el segundo golpe lo manda al agua... a través de la cubierta.
En el otro lado flechas, conjuros y fuerzas psiónicas comienzan a volar descontroladas. La chica voladora trata de aplastar telequinéticamente a Wojann, pero éste consigue rechazar el asalto con un ataque mental. Con la ayuda de Imtohep, recrudece el asalto y la mujer queda inmóvil, su mente tratando de recuperarse del asalto mientras Azhel trata de Disipar sin éxito su poder de vuelo. Imtohep trata de distorsionar las dimensiones de otro de los barcos, para encontrar su poder bloqueado de la misma forma.
Azhel es sometido a un ataque cruel. Desde el barco en llamas, un arquero coloca dos flechas certeras en el cuerpo de mago, y después de que éste contraataque con otra columna de llamas, recibe un terrible impacto eléctrico desde el otro lado, procedente de la mujer, que se ha recuperado. Gravemente debilitado, Azhel se hace Invisible
Imtohep busca desesperado una oportunidad de emplear sus poderes. El tío de la cabeza de lagarto resistió su asalto mental, está luchando cuerpo a cuerpo con dos piratas y tiene problemas con el zarandeo del barco. Pero logra manifestar una Falsa verdad:
- Somos tus amigos –dice a uno de ellos- Y éstos que crees tus compañeros quieren traicionarte.
El pirata recibe éstas noticias con la boca abierta. Y se lanza a defender a Imtohep al grito de “¡Traidores!” Libre al fin, Retuerce el espacio interno de la chica, que en ese momento aplasta telequinéticamente la garganta de Rigtar -que a pesar de eso aguanta como un machote- y a la que no le salva su contraataque psíquico. Azhel la ve escupir sangre y aprovecha la oportunidad; apareciendo de la nada, manifiesta una mágica esfera de fuerza translúcida, de la que se libera una ráfaga de proyectiles con el aspecto de serpientes. El conjuro derriba a la mujer, que cae al agua.
Mientras, Wojann lo pasa mal. Ha saltado a uno de los barcos, esperando acabar pronto con la tripulación, y empieza decapitando a dos de ellos con un rápido movimiento del salan, pero en la cubierta le espera un guerrero de melena rubia armado con dos espadas.
- Tenía ganas de encontrar a alguien con el que mereciera la pena emplear mis espadas
- Ven que te corte las pelotas entonces.
La refriega inicial no va bien para Wojann. El guerrero bloquea sus golpes con una de las espadas mientras ataca con la otra, creando una defensa casi impenetrable, y a pesar de que Wojann logra herirle dos veces, se da cuenta de que su oponente emplea poderes psiónicos para aumentar sus fuerzas, y que a la larga saldrá perdiendo. Rurikk, que estaba luchando contra los piratas en el mercante, ve cómo Wojann empieza a perder la pelea y salta sobre las cabezas de los marineros, botando sobre el guerrero psíquico y trata de apuñalarle por la espalda. Pero él lo esquiva ágilmente y se concentra en Wojann, sabiendo que no resistirá mucho más.
El hombre del norte decide una maniobra arriesgada. Empleando todas las fuerzas mentales de las que dispone, golpea una de las espadas de su enemigo, que sale volando. Éste contraataca con dos rápidas fintas que Wojann, que aún impulsado por los poderes telequinéticos que emplea sobre sí mismo, consigue evitar sólo en parte. Es entonces cuando aporrea la mano que sostiene la otra espada, que cae también sobre la cubierta. Rurikk se lanza sobre las espadas y las lanza por la borda. Wojann sangra abundantemente, pero ahora tiene las de ganar y sonríe a su adversario.
Éste no pierde el tiempo y se lanza al agua de cabeza, justo cuando Rigtar aparece volando y lleva a su amigo y a Rurikk al mercante. Los restantes piratas se lanzan al agua también, ante el júbilo de los marineros y del pirata engañado por Imtohep.
Ahora el barco navega en una corriente de color negruzco que lo arrastra a gran velocidad y lo agita de un lado a otro como una maraca. La ola alcanza a los piratas de río, que desaparecen momentáneamente de la vista.
Pero sorprendentemente, sólo uno de ellos es tragado por las aguas opacas; los demás, ayudados por la ligereza de la embarcación y pilotos expertos consiguen cabalgar la embestida del agua ante la mirada incrédula de los marineros del mercante. Y comienzan a converger sobre su presa; uno de ellos, al parecer una mujer esbelta de pelo verde comienza a flotar soportada por su propia fuerza de voluntad.
Conjuros y flechas comienzan a volar. Mientras los marinos del mercante se ocultan, no llevando nada mejor que puñales en el mejor de los casos, los piratas lanzan jabalinas con bastante puntería. Azhel pierde tres de sus falsas imágenes, y los demás consiguen evitarlas al precio de una caída o un impacto sobre la armadura. Wojann y Rurikk devuelven los disparos, Azhel incendia uno de los barcos con la descarga de una columna de llamas que achicharra a cinco de sus ocupantes mientras Rigtar carga en vuelo sobre el timonel de otra de ellas, golpeándole con un sonido húmedo. El pirata describe una parábola antes de caer al agua.
- ¡Bola!
Los ocupantes del barco se lanzan a por Rigtar, que sin hacer caso de sus ataques se abre camino entre ellos. Uno de los ocupantes, con cabeza de reptil, escupe al gigante y la saliva corrosiva devora malla y piel. Apretando los dientes, Rigtar avanza hacia él mientras su enemigo sostiene la espada invocando algún tipo de fuerza mística. En vano; Rigtar, al que el martillo le pesa tanto como a un hombre normal una varilla, le golpea el torso con tal fuerza que pueden oírse crujir las costillas, y el segundo golpe lo manda al agua... a través de la cubierta.
En el otro lado flechas, conjuros y fuerzas psiónicas comienzan a volar descontroladas. La chica voladora trata de aplastar telequinéticamente a Wojann, pero éste consigue rechazar el asalto con un ataque mental. Con la ayuda de Imtohep, recrudece el asalto y la mujer queda inmóvil, su mente tratando de recuperarse del asalto mientras Azhel trata de Disipar sin éxito su poder de vuelo. Imtohep trata de distorsionar las dimensiones de otro de los barcos, para encontrar su poder bloqueado de la misma forma.
Azhel es sometido a un ataque cruel. Desde el barco en llamas, un arquero coloca dos flechas certeras en el cuerpo de mago, y después de que éste contraataque con otra columna de llamas, recibe un terrible impacto eléctrico desde el otro lado, procedente de la mujer, que se ha recuperado. Gravemente debilitado, Azhel se hace Invisible
Imtohep busca desesperado una oportunidad de emplear sus poderes. El tío de la cabeza de lagarto resistió su asalto mental, está luchando cuerpo a cuerpo con dos piratas y tiene problemas con el zarandeo del barco. Pero logra manifestar una Falsa verdad:
- Somos tus amigos –dice a uno de ellos- Y éstos que crees tus compañeros quieren traicionarte.
El pirata recibe éstas noticias con la boca abierta. Y se lanza a defender a Imtohep al grito de “¡Traidores!” Libre al fin, Retuerce el espacio interno de la chica, que en ese momento aplasta telequinéticamente la garganta de Rigtar -que a pesar de eso aguanta como un machote- y a la que no le salva su contraataque psíquico. Azhel la ve escupir sangre y aprovecha la oportunidad; apareciendo de la nada, manifiesta una mágica esfera de fuerza translúcida, de la que se libera una ráfaga de proyectiles con el aspecto de serpientes. El conjuro derriba a la mujer, que cae al agua.
Mientras, Wojann lo pasa mal. Ha saltado a uno de los barcos, esperando acabar pronto con la tripulación, y empieza decapitando a dos de ellos con un rápido movimiento del salan, pero en la cubierta le espera un guerrero de melena rubia armado con dos espadas.
- Tenía ganas de encontrar a alguien con el que mereciera la pena emplear mis espadas
- Ven que te corte las pelotas entonces.
La refriega inicial no va bien para Wojann. El guerrero bloquea sus golpes con una de las espadas mientras ataca con la otra, creando una defensa casi impenetrable, y a pesar de que Wojann logra herirle dos veces, se da cuenta de que su oponente emplea poderes psiónicos para aumentar sus fuerzas, y que a la larga saldrá perdiendo. Rurikk, que estaba luchando contra los piratas en el mercante, ve cómo Wojann empieza a perder la pelea y salta sobre las cabezas de los marineros, botando sobre el guerrero psíquico y trata de apuñalarle por la espalda. Pero él lo esquiva ágilmente y se concentra en Wojann, sabiendo que no resistirá mucho más.
El hombre del norte decide una maniobra arriesgada. Empleando todas las fuerzas mentales de las que dispone, golpea una de las espadas de su enemigo, que sale volando. Éste contraataca con dos rápidas fintas que Wojann, que aún impulsado por los poderes telequinéticos que emplea sobre sí mismo, consigue evitar sólo en parte. Es entonces cuando aporrea la mano que sostiene la otra espada, que cae también sobre la cubierta. Rurikk se lanza sobre las espadas y las lanza por la borda. Wojann sangra abundantemente, pero ahora tiene las de ganar y sonríe a su adversario.
Éste no pierde el tiempo y se lanza al agua de cabeza, justo cuando Rigtar aparece volando y lleva a su amigo y a Rurikk al mercante. Los restantes piratas se lanzan al agua también, ante el júbilo de los marineros y del pirata engañado por Imtohep.